Nuestra Historia
Todo empezó en 2016, el mismo año que nació mi hija, Josefina. Para su bautismo quise hacer algo especial, algo que quedara en la memoria de quienes la acompañaban ese día. Así nacieron las primeras velas. Al principio eran un gesto, un detalle. Pero cuando empecé a trabajar con los aromas, sentí que había encontrado algo más grande. Un lugar. Un camino.
De la cocina a donde estamos hoy
Al principio todo salía desde casa. Literal: derretíamos, mezclábamos y armábamos a mano en la cocina, entre ollas y moldes, mientras la vida seguía su curso. No teníamos estructura, pero sí muchas ganas. Con el tiempo, empezaron a llegar los pedidos, uno tras otro. Nos animamos a mudarnos, a crecer, a mostrar lo que hacíamos en ferias como CAFIRA y otras expos que nos abrieron las puertas. Y ahí todo explotó. Hubo que volver a agrandarse, a arremangarse y seguir.
Aprender a resistir y seguir
Cuando llegó la pandemia pensamos, como muchos, que era el final del camino. Pero pasó algo inesperado: la gente necesitaba reconectar con su casa, con su calma, con algo que los hiciera sentir bien. Y ahí estuvimos nosotros, con nuestros productos, acompañando. Fue un antes y un después. Crecimos. Llegamos a nuevos lugares. Hoy nuestros aromas están en más de 100 locales, dentro y fuera del país.
Lo que hacemos, lo hacemos de verdad
Trabajamos con materia prima que elegimos con lupa. Nada de parafinas ni rellenos baratos. Usamos cera vegetal, aceites de calidad y aromas creados por laboratorios que se especializan en esto. Porque creemos en delegar en quienes realmente saben. Así logramos combinaciones únicas que compiten con la perfumería fina, pero sin perder la calidez de lo hecho a mano.
Somos como vos
Emprendedores. Que empujan. Que dudan. Que prueban, se frustran, y vuelven a intentar. Sabemos lo que es pelearla, quedarte hasta tarde, y seguir aunque no sepas bien cómo. Por eso, nos gusta trabajar con gente como nosotros. No ponemos mínimos de compra. Preferimos que pruebes, que te guste, y que después vuelvas.
No vendemos solo velas
Vendemos momentos. Esos que se viven entre mates, charlas, o silencios. Un olor puede despertar un recuerdo, una sensación. Eso es lo que más nos gusta de este camino. Ser parte, aunque sea chiquita, de la historia de alguien más.
Y seguimos…
Con la misma energía con la que empezamos. Sin fórmulas mágicas, pero con mucho trabajo encima. Soñamos con seguir creciendo, llegar a más rincones, y seguir haciendo lo que nos gusta: acompañar.